domingo, 23 de marzo de 2014

El Hueco en la Pared: el experimento de Sugata Mitra

Sugata Mitra es un tipo que seguro tiene una virtud: la paciencia.

En su charla TED de Febrero 2013, habló de varios aspectos del aprendizaje y la educación, alrededor de algo que todo el mundo viene oyendo hace rato: el sistema educativo no cambia desde hace décadas / siglos.

Sugata (buen nombre!) primero reconfigura la frase diciendo que la realidad no es que ahora el sistema educativo no funciona, sino que no es el que se necesita. Ese sistema educativo funciona bien muy bien para algo que hoy no es tan necesario.

Lo que lo hizo meterse de lleno en esta cuestión fue su experimento "The hole in the wall". Consistió en hacer un agujero en la pared de la clase donde enseñaba y empotrar una computadora hacia afuera, para que los chicos de la villa justo al lado de su clase pudieran jugar. Año 1999...


Después de unos meses, los chicos aprendieron a usarla, inclusive no sabiendo inglés (que era el idioma de la interfaz de la PC).

El experimento se fue sofisticando incluso poniendo en la computadora un contenido determinado, información de una materia específica, compleja. El experimento duró meses. Durante muchos no vio ningún tipo de resultado... hasta que aparecieron.
Los chicos habían aprendido algo del contenido, en un idioma distinto al suyo, sin saber ese idioma de antemano.


La siguiente etapa del experimento fue hacer entrar en acción a un "maestro". La consigna que le dio fue algo así: 
"No tenés que saber. Solamente mostrales asombro y animalos a seguir"
Increíblemente, los resultados de esta nueva versión del experimento mejoraron.


O sea... parecería que el cambio no se da tanto por los actores que entran en juego en una clase, ni por las herramientas que se necesitan.
La tarea del "educador" naturalmente se asocia con impartir conocimiento, mantener un ámbito ordenado, y evaluar el conocimiento adquirido.
Lo que este experimento cuestiona es justamente ese rol, que en teoría es el que inicia y controla el aprendizaje.

Más bien se propone que los verdaderos iniciadores del aprendizaje son los alumnos.
Ellos son los que mastican el contenido, los que se familiarizan con él, los que lo discuten, los que se ayudan mutuamente para entenderlo.
Y son, también, los que resuelven otros problemas intermedios asociados a vérselas con ese contenido (como aprender el idioma del contenido).

¿El "educador" sigue siendo necesario? La persona sí, pero con un rol esencialmente distinto: motivar, animar, y reconocer el avance.

Muchos educadores actuales ven estas acciones como importantes en su tarea. La pregunta es cuántos las ven como su tarea en sí.

El escenario es el mismo: un grupo de chicos, alguien mayor que ellos, contenido, computadora.
La obra es otra. Los roles cambian. Los resultados mejores.


Lo primero que me llevo de esta charla es el valor de la paciencia.
Hay que ser bastante especial para hacer estos experimentos con chicos y tener la paciencia suficiente como para esperar meses sin ningún resultado. Que pase un día atrás de otro sin ver avances. Semanas sin ver avances, sin desesperarse, sin declarar el fracaso.

Esta movida de Self Organized Learning Environments que arrancó Sugata tiene pocos años, por lo que es difícil saber cuánto se extienda, pero nadie duda de los avances que ya logró implementándolo en varias localidades. ¿Cuánto de esto hubiera pasado si él no hubiese sabido esperar? Saber esperar.



Lo segundo es el asombro y el ánimo como motores del aprendizaje, en chicos y adultos.

Cuánto más se despierta el espíritu de un chico cuando se le pone delante un misterio, un desafío, una pregunta grande para responder.
Lo mismo nos pasa a los grandes. Es aburrido trabajar en cosas que no nos desafían.
No salimos de nosotros mismos hasta que no sentimos un vacío atractivo para llenar alrededor nuestro.

Lo tercero es, ¿cómo puedo generar esta experiencia como padre para mis hijos? Porque es lo que me propone en una de sus últimas frases de la charla:




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