domingo, 29 de junio de 2014

Después del plan B, el plan Z

En un momento, la cuestión era considerar una segunda opción.

El tiempo pasa, y cuando uno itera para llegar a una segunda opción una y otra vez, eventualmente se encuentra con que está en el plan Z:

El plan A y el plan B son como hermanos. Casi aproximaciones lineales a la realidad.

Cuántas más probabilidades de llegar a mi objetivo si de entrada pensara que debería tener 5 buenos planes entre los cuales elegir?
Como si me abstuviera de tomar una decisión hasta tener 5 planes que me convencieran de alguna manera.

A veces demasiado rápido uno pasa del problema / cuestión a la solución / plan... en vez de dormir con el problema, entenderlo, o incluso hasta empatizar con él, sentarnos con él al lado un día entero.

El resultado final que uno quiere siempre depende de muchas cosas en juego, y al sistema que permite que yo consiga el resultado final, le puedo entrar por más de un frente para que ese resultado ocurra.