jueves, 14 de marzo de 2013

Habemus Papam: FRANCISCO

Sin palabras me quedé.

Lo proceso un poco más y me pongo a pensar en lo que le debe haber pasado por la cabeza estos dos días, a medida que su nombre sonaba más y más...
Lo que habrá pensado ayer cuando almorzaron, cuando quizás ya parecía definirse el partido... todo lo que se le habrá cruzado por la cabeza...
Sus padres... su padre... su madre... sus amigos...
Su iglesia y sus curas de Buenos Aires, en especial sus colaboradores más cercanos - entre ellos el querido Padre Martín...
Sus curas de las villas...
Sus viajes en colectivo y subte, su cuarto simple de la Curia, su devoción a Santa Teresita...

Qué locura la disposición que tenés que tener para aceptar semejante encargo... cuando justo estabas por retirarte...


Cuánto habrá preparado Dios a este hombre para este momento.
Cómo habrá moldeado su personalidad, su forma de ser, su manera de estar entre todos, para este momento.

Cuánto de él va a necesitar para llevar adelante esta tarea de guiarnos en el tiempo de hoy.



Me encantó lo que dijo:
Hermanos y hermanas ¡buenas noches!
Sabían que el deber del Cónclave era el de dar un obispo a Roma... parece que mis hermanos cardenales se han ido a elegirlo casi al fin del mundo. Pero estamos aquí, les agradezco la bienvenida.
La comunidad diocesana de Roma tiene obispo ¡Gracias!
Y antes que nada, quisiera hacer una oración por nuestro obispo emérito Benedicto XVI. Recemos todos por él para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo custodie…
[Rezo del Padrenuestro y del Avemaría, Gloria al Padre]
Y ahora comenzamos este camino, obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma que es la que preside en la caridad a todas las iglesias. Un camino de hermandad, de amor, de confianza entre nosotros.
Recemos siempre por nosotros, los unos por los otros. Recemos por todo el mundo para que haya una gran hermandad.
Espero que este camino de Iglesia que hoy comenzamos y en el que me ayudará mi cardenal vicario aquí presente, sea fructífero para la Nueva Evangelización de esta bella ciudad.
Ahora quisiera dar la bendición. Pero antes les pido un favor: antes de que el obispo bendiga a su pueblo, les pido que recen al Señor para que me bendiga. La oración del pueblo que pide la bendición para su obispo. Hagamos en silencio esta oración suya para mí.
Hermanos y hermanas, mañana quiero ir a rezar a la Virgen para que custodie Roma.
Buenas noches y que descansen.
Bien por Francisco acordándose de Benedicto XVI, un papa no muy querido por varios lamentablemente, pero que fue un pastor de pies a cabeza. Fortísimo en lo doctrinal, y a su vez que tuvo que enfrentar muchos problemas internos de la Iglesia, a una edad avanzada: un papa fuerte.

Además Francisco, en el primer discurso, nos llamó a la oración 2 veces. Ahí tenés todo un signo de lo que va a ser su pontificado.


Busco, entonces, las primeras palabras de Juan Pablo II apenas asumió:
¡Alabado sea Jesucristo! Queridísimos hermanos y hermanas: Todos estamos apenados todavía por la muerte de nuestro amadísimo Papa Juan Pablo I. Y he aquí que los Eminentísimos Cardenales han designado un nuevo Obispo de Roma.
Lo han llamado de un país lejano..., lejano pero muy cercano siempre por la comunión en la fe y tradición cristiana.
He sentido miedo al recibir esta designación, pero lo he hecho con espíritu de obediencia a Nuestro Señor Jesucristo y con confianza plena en su Madre María Santísima.
No sé si podré explicarme bien en vuestra... nuestra lengua italiana; si me equivoco, me corregiréis. Y así me presento a todos vosotros para confesar nuestra fe común, nuestra esperanza y nuestra confianza en la Madre de Cristo y de la Iglesia; y también para comenzar de nuevo el camino de la historia y de la Iglesia, con la ayuda de Dios y con la ayuda de los hombres".
Qué parecido!
Hablar de cómo lo eligieron los cardenales desde un país lejano, la presencia de María, hablar del "camino de la Iglesia"... quién sabe cuánto de lo que dijo Francisco no haya sido inspirado por esto que dijo JPII, el Papa que lo hizo cardenal.

Y me queda ver lo que dijo Benedicto XVI:
Queridos hermanos y hermanas: después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor.
Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones.
En la alegría del Señor resucitado, confiando en su ayuda continua, sigamos adelante.
El Señor nos ayudará y María, su santísima Madre, estará a nuestro lado. ¡Gracias!
Qué tipo grande, Benedicto.
Sabiéndose más de salida que de entrada, sus palabras parecieron ser más un compartir lo que pensaba:
"El Señor nos ayudará" | "El Señor me ayudará"
"María estará a nuestro lado" | "María estará a mi lado"
"Sigamos adelante" | "Tengo que seguir adelante"

Un tipo descomunal en lo intelectual que se pone en el lugar de "instrumento insuficiente".
Y comparte con Francisco el llamado a que recen por él.

En fin, una vez más me viene a la mente la frase de André Louf "Mi vida en tus manos", pensándola para la Iglesia, y sabiendo que definitivamente estamos en la palma de Su mano, y que nada, absolutamente nada, se escapa a su Providencia.

Hoy, jueves 14 de marzo, a la mañana, Francisco en las Laudes se va encontrar con esto del salmo 142:
En la mañana hazme escuchar tu gracia, ya que confío en ti; indícame el camino que he de seguir, pues levanto mi alma a ti.
Viva el Papa!

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