Vuelvo sobre este tema porque la semana pasada leí una post-mortem escrito por una persona de la empresa Path.To, que lamentablemente tuvo que cerrar, y que me puso relativamente mal.
El mensaje subliminal del post de este muchacho es el siguiente:
Cuánto cuesta aprender cuando no es por experiencia propia...Imagínense esta situación:
1. Me decido a hacer algo
2. Me sale mal
3. Analizo las razones por las que fue mal
4. Mi top 6 de razones por las que me fue mal son cosas que eran esperables que me pasaran...
Si esto ocurriera, ¿qué otro título me corresponde además de "el dormilón del mes"?
Que me pasara esto sería aceptable sólo mi vínculo con el mundo exterior fuera la conexión 3G de Movistar, que anda como el tujes permanentemente.
En cualquier otro caso, no es aceptable.
¿Cuánto valor tenía incorporar estas lecciones desde el arranque de la compañía o aunque sea 1 año atrás?
Nunca lo vamos a saber... pero qué difícil sería internalizar que repetimos errores de otros, habiendo sabido esos errores.
Cuánto valor tiene entonces decidirse a hacer algo en un nivel tal que mejore la conversación, que ponga sobre la mesa dificultades que antes nadie se había encontrado, que haga que la disciplina en la que esté metido avance un poco más, que me exprima hasta el punto de hacerme resolver problemas mejor que como lo resuelve cualquier otra persona, o problemas que hasta el momento no se habían resuelto bien.
No sirve de mucho que sólo ejecutemos sin poner cabeza para pensar después:
- si ejecutamos bien
- si conseguirmos los resultados esperados
- cómo podríamos mejorar lo ejecutado
- si haríamos de vuelta lo mismo
- si hubiéramos hecho lo mismo sabiendo cómo iban a ser los resultados
Más que una pelea de las mejores ideas, probablemente el mundo se resuelva en una pelea de capacidades de aprender y accionar.
Quizás el mundo, de todas maneras, no se resuelva, pero cuánto mejor nos va a ir si aprendemos en el camino.
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