Clayton Christensen es un tipo que me cae muy bien.
En su
discurso a los graduados de la Southern New Hampshire University, contó que había tenido un momento de inflexión de su desarrollo intelectual mientras cursaba su MBA en Harvard.
Resulta que, mientras analizaban en clase un caso sobre una organización que producía - supongamos -mayonesa, decidió dejar de tomar apuntes porque no entendía por qué tenía que anotar lo que una compañía de mayonesa debía haber hecho 10 años antes dado que él nunca iba a trabajar en una compañía que produjera mayonesa.
Al rato el profesor hace una pregunta a la clase y una de sus compañeras da una respuesta brillante.
Su primera motivación fue claramente anotar la respuesta, pero se permitió hacerse esta pregunta:
¿Qué pregunta hizo el profesor que generó que esta chica contestara tan bien?